Caminando en círculos.

domingo, septiembre 24, 2006

Deseos


Que el maquillaje no apague tu risa,
que el equipaje no lastre tus alas,
que el calendario no venga con prisas,
que el diccionario detenga las balas,
Que las persianas corrijan la aurora,
que gane el quiero la guerra del puedo,
que los que esperan no cuenten las horas,
que los que matan se mueran de miedo.
Que el fin del mundo te pille bailando,
que el escenario me tiña las canas,
que nunca sepas ni cómo, ni cuándo,
ni ciento volando, ni ayer ni mañana
Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.
Que las verdades no tengan complejos,
que las mentiras parezcan mentira,
que no te den la razón los espejos,
que te aproveche mirar lo que miras.
Que no se ocupe de tí el desamparo,
que cada cena sea tu última cena,
que ser valiente no salga tan caro,
que ser cobarde no valga la pena.
Que no te compren por menos de nada,
que no te vendan amor sin espinas,
que no te duerman con cuentos de hadas,
que no te cierren el bar de la esquina.
Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.

jueves, septiembre 21, 2006

Diplomado

En el poblado de la guerra de las galaxias, De izquierda a derecha y de arriba a abajo. Fila de arriba: Perico, Pedro y Maria. Fila central: Jota, Yo, Mayka, Juanal, Nuria, Eva, Patri y Ernesto. Agachados: Rubén, Raúl, Bea, Toñi, Caye, Olaya y Migué.
En República, un miércoles cualquiera: Pedro, Perico, Juanal, yo y Diego.
En una especie de lago salado: Perico, yo, Juanal, Migué, Pedro, Caye y Toñi
En la Estación: Juanal, Migué, Caye, yo, Virgi, Lauta y Mayka
La vida es muy dura. Celia, Mayka, yo, Pedro, Bea, Caye y Nuria
Pedro y María en la graduación
Yo, Diego, Virginia y Laura


Creo este post para que me feliciteis y esas cosas, pero como sois un atajo de perros y no vais a hacerlo, pongo unas cuantas fotos de estos tres años (aunque son todas de este último, que me compré la cámara :-P)



jueves, septiembre 14, 2006

Al menos, era guapa. Más guapa que cualquiera.






Se llamaba Soledad y estaba sola
como un puerto maltratado por las olas,
coleccionaba mariposas tristes,
direcciones de calles que no existen.

Pero tuvo el antojo de jugar
a hacer conmigo una excepción
y, primero, nos fuimos a bailar
y, en mitad de un “te quiero” me olvidó.

De Esperanza no tenía más que el nombre
la que no esperaba nada de los hombres,
coleccionaba amores desgraciados,
soldaditos de plomo mutilados.

Pero quiso una noche comprobar
para qué sirve un corazón
y prendió un cigarrillo y otro más
como toda esperanza se esfumó.

Por eso, cuando el tiempo hace resumen
y los sueños parecen pesadillas,
regresa aquel perfume
de fotos amarillas.

Y, aunque sé que no era
las más guapa del mundo…
juro que era más guapa
más guapa que cualquiera.


Se llamaba Inmaculada aquella puta
que curaba el sarampión de los reclutas,
coleccionaba nubes de verano,
velos de tul roídos por gusanos.

Pero quiso quererse enamorar
como una rubia del montón
y que yo la sacara de la
“calle de los besos sin amor”

Y, mil años después, cuando otros gatos
desordenan mis noches de locura,
evoco aquellos ratos
de torpes calenturas.

Y, aunque sé que no era
la más guapa del mundo,
juro que era más guapa,
más guapa que cualquiera.

domingo, septiembre 03, 2006

Un mundo diferente al de las películas

Artículo cojonudo de Raúl Valero. Leedlo, merece la pena. Especialmente dedicado a aquellos a los que siempre les quedará París.

Cada día se repite el mismo despertar, pero no es el día de la marmota, ni siquiera es de día. Miro por la ventana y sólo encuentro oscuridad, el espesor de la noche que aún vence la batalla al alba. El mundo de las sombras se apodera de la calle, no hay luz, no hay alegría.
Ninguna mañana he encontrado diamantes en la mesa, sólo desayuno tristeza, una y otra vez el mismo plato. Nadie para decirme qué deseo, nadie para decirme buenos días príncipe, nadie para despertarme con una sonrisa.
Subo a mi coche y no se ha convertido en un Cadillac, nunca seré un rebelde aunque yo sí tenga causa. Arranco el motor y tampoco me transporta al futuro, sólo a ese trabajo donde veré las mismas caras, oiré los mismos chismes, sufriré las mismas envidias.
Se acaba la jornada, la misma rutina cinco días a la semana, cincuenta y dos semanas al año. No sigo el camino de baldosas amarillas para llegar a casa, es el sucio y maltrecho asfalto el que me muestra el lugar donde debo ir o del que, quizás, nunca debí salir.
Me cruzo con gente por la calle que me presentan a otras personas, pero ninguna es Katharine Hepburn ni me saludan con un "querido, ¿cuál es tu nombre?". Nadie me hace ofertas que no podré rechazar. Normalmente no olvido una cara, pero en este caso haré una excepción.
Tampoco tengo un café, para que esa mujer fatal lo elija entre todos, esa mujer que jamás se casará conmigo, lo hará con un enterrador o con un verdugo, pero nunca con un periodista, porque jamás podré dejar de serlo, al igual que no se pueden quitar las manchas a un leopardo o enganchar un caballo de carreras a un carro de basura.
Pero tal vez el problema no esté en lo que me han vendido las películas, sino en mí, por no pasar de ser un actor de película de serie B, de esas que programa Telecinco por las tardes. Bueno, al menos tal vez siempre me quedará París o, como diría Scarlett O'Hara, al fin y al cabo, mañana será otro día. ¿O no?.


Raúl Perelló, Murcia, Agosto del 2006

viernes, septiembre 01, 2006

Música para una revolución




El 25 de abrilde 1974, a las 00:25 horas, la Radio Renascença transmite Grandola Vila Morena, una canción revolucionaria de José Afonso. Es la señal pactada por el MFA para ocupar los puntos estratégicos del país. Seis horas más tarde el régimen dictatorial de Salazar se derrumba. La revolución de los Claves ha triunfado.

Grândola, vila morena

Terra da fraternidade,

O povo é quem mais ordena

Dentro de ti, ó cidade.


Dentro de ti, ó cidade

O povo é quem mais ordena,

Terra da fraternidade

Grândola, vila morena.


Em cada esquina um amigo

Em cada rosto igualdade,

Grândola, vila morena

Terra da fraternidade.


Terra da fraternidade

Grândola, vila morena

Em cada rosto igualdade

O povo é quem mais ordena.


À sombra duma azinheira

Que já não sabia a idade

Jurei ter por companheira

Grândola a tua vontade.


Grândola a tua vontade

Jurei ter por companheira,

À sombra duma azinheira

Que já não sabia a idade.